Delbaeth Rising

≫ Delbaeth Rising, una aburrida matanza

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Una partida de rol entre amigos. Esa es la mejor definición que se me ocurre para describir Delbaeth Rising: camino de odio. Tira un dado de 20 caras, el número que saques son los enemigos que matas este turno. Toma. Te vuelve a tocar. ¡Y ojo! No tengo nada en contra de los juegos de rol. Soy un gran fan de Comunidad Umbría. Pero no es lo mismo jugar a rol que saber cómo escribir una novela de fantasía.

Sangre a cada párrafo de Delbaeth Rising

Delbaeth Rising

Eso es lo que nos ofrece esta novela. Y en abundancia. Combates muy intensos y un derroche de imaginación los autores nos ofrecen la mayor variedad posible de campos de batalla, enemigos, movimientos de espada, heridas abiertas y golpes finales. Esta claro, por el ritmo de estos párrafos, que se lo pasaron en grande escribiendo sobre los combates que habitan este despropósito sanguinario.

Y este ansia de sangre la que le causa problemas a la estructura de la novela. Los combates se suceden uno tras otro, no con fluidez, sino de forma precipitada. Se cambia rápido de escena para poder ofrecer otro combate. Es una película de artes marciales con un indiscriminado reparto gratuito de tortas.

Personajes fuera del cliché, pero superficiales

Resulta muy acertado coger alguno de los tópicos de la fantasía, como son los elfos y los medianos, y darles una vuelta de tuerca. Le da un aire fresco al género fantástico, pero tan pronto como se nos pasa el efecto inicial vemos que ese elfo novedoso se queda muy ceñidos a nuestra idea inicial y apenas tiene ninguna evolución. Su personalidad es la de un hormonado psicópata de trece años con licencia para matar. Más que fantástico, roza lo increíble. Es el gran lastre de la novela. Él, y sus diálogos, de los que luego hablaré. Sí, es un pobre esclavo que no sabe nada de la vida porque se ha pasado cien años luchando, pero no puede ser tan estúpido, insensato y despreocupado.

De principio a fin de la novela, parece que los autores quieren hacer algo de progresión con Delbaeth (tal y como se aprecia en la narrativa) pero no consiguen que los actos o las palabras del elfo lo demuestren. El mediano, Ratón, es otra historia, en él apreciamos la voz de la sensatez que ese centenario elfo no tiene, y vemos sus inútiles esfuerzos por encarrilar a Delbaeth hacia su misión. En este caso, sí que hay evolución de un personaje que primero trata de acostumbrarse a la compañía del elfo hasta que decide que no va a tolerar más su infantil actitud. Sin embargo, se ve eclipsado por el elfo y actúa más como complemento del protagonista que como personaje por derecho propio.

¿Qué secundarios?

Eso en lo que respecta a los principales, porque los secundarios (o los Personajes No Jugadores, sería más acertado decir) están ahí para hacer bulto. Son personajes con una mínima y localizada participación en la novela que se dividen entre obstáculos (por lo que se llevarán su consecuente ración de tortas) y bondadosa gente que está dispuesta a ayudar en el momento más oportuno. Quizá el villano (Decoyen) parece más trabajado, se le ha dotado de cierta historia y, algo muy bien recibido, dilemas a los que debe enfrentarse. Su jefe, (el malo-maloso), está bastante bien pero sigue necesitando algo más de profundidad o aportaciones más relevantes o ingeniosas. Seguramente en futuras entregas.

El mundo, sí. Tiene esencia propia

Aquí, sí. Aquí han acertado. Han tomado los elementos clásicos de la fantasía pero les han dado un toque más siniestro. Con un mundo impregnado por el odio, sediento de ver toda esa violencia que contiene la novela y con una muy interesante premisa de odio interracial que le aporta mucha frescura. Que las todopoderosas razas mágicas de la fantasía se vean amenazadas por el fanatismo de los humanos es algo que sí le aporta puntos positivos a esta novela.

Hay racismo. Y odio, mucho odio en Delbaeth Rising. Sobre todo hacia las criaturas mágicas. Un odio que se lleva de maravilla con ese enfermizo amor por la sangre. El deporte más popular es el combate de gladiadores, a muerte si es posible. E incluso hay trollmaquia para entretener a las masas. Y el mundo está lleno de monstruos, siempre dispuestos a ofrecer combates. El mundo está vivo, eso puede decirse. No es inmóvil y espera a que lleguen los protagonistas.

Diálogos nefastos, buena narrativa

Esta sí que es puramente una opinión personal, pero sencillamente no puedo asimilar que un personaje, Delbaeth, hable en una novela fantástica con los coloquialismos de la España actual. No es la vulgaridad, que es una parte muy respetable de un personaje, sino el «no me ralles», «¿tu amiga está buena?», «suéltame la chapa» y expresiones de ese estilo lo que chirria. Sencillamente no encaja y es demasiado para el concepto de «un elfo fuera de lo común».

Aparte de eso, está la testosterona que derrama cada diálogo. No solo hay violencia en los combates (que llegan a hacerse algo repetitivos en la parte central del libro). Hay mucho «Morid, perros», «Os cortaré a trozos que por eso me llaman Cortador», «¿Os he dicho ya las diez formas distintas con las que pienso mataros?». Este libro usa los diálogos para expresar insultos gratuitos y en general no cumplen su papel de iluminar al lector.

La narrativa de Delbaeth Rising, la voz de los autores, está mucho mejor cuidada y es fluida. Genera ritmo y da unas buenas descripciones que envuelven al lector. Al relatar los escenarios, la novela nos sumerge bien, muy bien, en todo lo que rodea a los personajes. Es algo que no necesita ser pulido y que el lector agradecerá.

¿Qué sensaciones se perciben al leer esta novela? Que los párrafos que describen los lugares y situaciones están mejor estructurados y ofrecen mejor información que los diálogos. Es el autor quien te va mostrando la historia, no los personajes y eso es otro punto negativo.

Un final acertado para Delbaeth Rising

Nada de spoilers, claro. Pero hay que decir que la trama va mejorando el último cuarto, y mucho, lo que puede dejar un buen sabor de boca con las últimas páginas que hagan que perdonemos la parte central. E incluso puede que nos dejen con ganas de saber más de las aventuras de los personajes si el lector es de los que les ha gustado mucho haber atravesado estos centenares de páginas de violencia gratuita.

En definitiva, Delbaeth Rising es una novela de fantasía dispuesta a entretener a los amantes de la sangre pero que no tiene éxito en convencerme como recomendable. ¿Por qué? Por la excesiva presencia de un protagonista que no me convence en absoluto, al que le han faltado más secundarios que chuparan cámara o sirvieran de contrapeso, su trama absurda y unos diálogos aburridos.

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