≫ 7 clichés en el primer capítulo de una novela

Las primeras palabras en una novela son esenciales. Pues marcarán tanto la temática de la obra como el tono en el que estará escrita. Todo el mundo quiere un principio único, pero que a su vez contenga la fórmula del éxito; algo que enganche al lector y le convenza de que debería seguir leyendo. Sin embargo, a menudo este prólogo se presenta poco novedoso en su formato, debido a que existe una serie de clichés en el primer capítulo de una novela que se repiten a lo largo y ancho del mundo literario. En este artículo te presento una lista de los clichés más habituales. Para que luego tú decidas si quieres utilizarlos. O no.


¿Qué es un cliché?

En términos literarios, un cliché es una idea que ya ha sido utilizada en exceso, y por lo tanto ha perdido toda noción de originalidad. Como consecuencia, su capacidad para sorprender también ha disminuido, hasta el punto de que su uso posee ciertas connotaciones negativas debido a que refleja una falta de creatividad durante la producción de la obra.

No sabría decirte dónde o cuándo surgió el primer cliché (cuesta creer que un cliché tuviera un origen), pero sí te explico por qué se producen. Esto se debe a que los autores tendemos hacia ciertas fórmulas, ya sea de forma inconsciente o deliberada.

  • Inconsciente: hemos visto una serie de fórmulas que se repiten en novelas, películas u otras historias, de modo que las hemos absorbido en nuestro subconsciente y las aplicamos a nuestras obras.
  • Deliberado: sabemos que es el público quien ha asimilado esas fórmulas y, al igual que los niños —mi sobrino insiste en que las historias se las cuente en el mismo orden en que se la relaté la primera vez—, el público pide más de lo mismo, porque se siente cómodo con ciertas familiaridades literarias.

De modo que, a priori, un cliché sería un elemento negativo en la literatura, y que aparezcan clichés en el primer capítulo de tu novela debería indicar que pierde puntos desde el principio. Sin embargo, ¿es realmente así? Después de todo, más de lo mismo... ¿no es eso lo que muchos queremos? Pocos aventureros he conocido yo en la vida real.

¿Son malos los clichés en el primer capítulo?

En realidad, no. Y un cliché no es lo mismo que un error al inicio de una novela, sino que se trata de ciertas mecánicas y elementos que se repiten en diferentes historias. Si una fórmula se repite una y otra vez, a menudo se debe a que funciona. Y si funciona, se utiliza. Es posible que algún lector sienta hartazgo de ver sota, caballo y rey en las historias que se le presentan —a todos nos gusta que aparezca alguna novedad editorial, novedad en el sentido de original, no reciente—, pero lo cierto es que el público general está acostumbrado a esos clichés. E incluso a veces siente una «ausencia» —sí, como los niños— cuando una historia no sigue cierta estructura.

Después de todo, la fantasía está muy asociada a la Edad Media, por mucho que algunos queramos algo más de variedad, ya sea en época napoleónica o novelas steampunk.

Me voy por las ramas. Clichés en el primer capítulo, de eso trata este artículo. Existen muchos. Y por una razón ya expuesta: funcionan. Dale al público lo que quiere, y el público te dará lectores y ventas. No se trata de una ciencia exacta, pero por ahí van los tiros.

Aquí he recopilado algunos de los más habituales, pero habrá más. Y estoy convencido de que a ti se te ocurre alguno —o has notado una «ausencia», como antes he mencionado— y quieres dejarlo en los comentarios. ¡Adelante! Todo lo que ayude a enriquecer el mundo literario y ayudar a otros autores será bien recibido.

Ejemplos de clichés en el primer capítulo

Específicamente, este artículo se centra en los clichés de las primeras páginas. Esas fórmulas de inicio que hemos visto cien veces repetidas. Algo así como los cimientos de los que algunos autores tiran para ofrezcan sustento a su historia.

Algunos de estos clichés en el primer capítulo los he utilizado en novelas como El Señor es mi pastor o Noventa atmósferas (que aún estoy escribiendo mientras redacto este artículo, pero no pienso quitar uno de estos clichés del primer capítulo. Me gusta). De modo que te animo a utilizarlos; si tu historia lo necesita, claro está.

1. Personaje que despierta o el despertador que suena

El despertador, uno de los clichés en el primer capítulo de una novela

Pi-pi-pi-piiii. Pi-pi-pi-piiii. Empieza el día y la novela. Todo de golpe. Este es un cliché bastante sencillo de implementar, le resulta familiar al lector y la verdad, no causa daño a nadie. Inofensivo. Tiene la ventaja de que te permite empezar tu historia en statu quo, como un día ordinario (punto 6) para introducir protagonista y ambientación con calma.

Por otro lado, en teoría utilizar este tipo de cliché te deniega la posibilidad de un inicio in media res, el cual confiere mucha fuerza al capítulo inicial de una novela. Hay poca acción en levantarse, mear, cepillarse los dientes y hacer la cama. Sí, podrías hacer que un equipo de GEOs justamente derribe la puerta, y así ganar acción, pero... qué considerados los policías, al entrar en tu casa DESPUÉS de que te hayas levantado de la cama, ¿no crees?

Utiliza este cliché sólo si realmente te interesa un inicio lento.

2. Hablar sobre el clima

Un tímido rayo de luz se filtraba entre las densas nubes que coqueteaban con las montañas del sur, donde la lluvia dejaba un paisaje verde, preludio del agua que pronto repicaría contra los puntiagudos tejados de la capital. Ni rastro de nieve, por el momento, pero sería inevitable a medida que el otoño quedase atrás.

¿A qué parece un párrafo inicial de una novela? Suena familiar, porque ya lo has leído en alguna ocasión. O algo parecido.

Al igual que el anterior, es un inicio que carece de fuerza o gancho, pero sirve para sentar el tono del primer capítulo, incluso de toda la novela. Lluvia para evocar tristeza o tranquilidad, nieve para soledad, sol para energía, noche para confidencialidad... Hay muchos ejemplos. Seguro que a ti se te ha ocurrido alguno. Es una opción perfectamente viable si perfeccionas las descripciones para que transmitan sentimientos. Aunque te exigirá palabras elegantes y precisas.

3. Personaje se mira en el espejo: el más odioso de los clichés en el primer capítulo

Existen trucos básicos sobre cómo describir personajes en una novela, normalmente a través de otro personaje, o porque el narrador es omnisciente y, por tanto, describe. En el caso de un capítulo escrito desde el punto de vista de un personaje, utilizar un espejo es una de las opciones para describirse a sí mismo; no obstante, no es la que yo recomendaría. Me parece un truco fácil (y aun así, es posible que lo utilice en alguna ocasión, por ejemplo en novelas narradas en primera persona).

A lo que iba, utilizar un espejo sirve para describir físicamente a un personaje, especialmente si lo combinas con una escena en la que se viste, tal vez como preparativo para algún evento importante o que desencadenará la trama de tu libro. ¿Barato? Sí. ¿Eficaz? También.

4. Protagonista anuncia que va a morir

Este es a la vez cliché y gancho para una novela. Con una novela potente, puede funcionar, pues anticipas al lector el final, y este se interesa por el camino hasta el fatal desenlace. Al incluir esta clase de clichés en el primer capítulo de una novela, es imposible no acordarse de Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada.

El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.
Crónica de una muerte anunciada.

Tiene fuerza. Nadie lo niega. Sin embargo, ¿puedes tú, al escribir, ofrecer una lectura que honre tan osado inicio? Porque es importante conocer la diferencia entre historia y trama. Ya has anunciado que el personaje muere (historia, ¿qué?) ahora es momento de satisfacer al lector con el viaje (trama, ¿cómo? ¿por qué?) hasta ese punto fatídico.

Puede que el misterio resida en cómo muere, quién lo asesina (¿se suicida?) o las decisiones que conducen a su fallecimiento. Aquí entra en juego tu labor literaria, al sembrar semillas de incertidumbre e intriga que permitan al lector disfrutar y, sobre todo, encariñarse de un personaje cuyo final está sentenciado.

5. Personaje que muere en el prólogo

El Señor es mi pastor, una de las novelas de Carlos Pérez Casas

Me fastidia mucho decirlo, pues es un comienzo que me encanta, pero ya se ha convertido en uno de tantos clichés en el primer capítulo. La novela empieza como cualquier otra historia, con un personaje que afronta un problema al que busca una solución. Se trata de un personaje activo, cómo no. Alguien cuya presencia el lector agradece. Sin embargo, sus acciones traen funestas consecuencias y este personaje inicial termina por morir, probablemente en la última oración del primer capítulo.

Si hablamos de comienzos fuertes, aquí tenemos uno. Sin duda, la muerte de ese personaje sirve como detonante de la novela (en el mejor de los casos) o, al menos, para dejar bien clara la ambientación. Este último ejemplo es el que se aplica a la saga de Canción de Hielo y Fuego, cuya primera novela, Juego de Tronos, elimina a uno de los miembros de la Guardia de la Noche. En la secuela, Choque de Reyes, George R. R. Martin repetirá fórmula con el maestre de Stannis Baratheon.

Yo mismo he empleado dos veces (más o menos) este tipo de cliché en el primer capítulo:

  1. Cuando atropellé al personaje titular de El Cirujano en esa novela corta, detonante del resto de la trama.
  2. Al pobre George en el prólogo de El Señor es mi pastor, cuando se topó con un monstruo justo después de conseguir lo necesario para un ansiado trasplante de órganos.

Y pienso volver a utilizarlo. Como digo, estoy bajo la impresión de que transmite mucha fuerza a una novela, al establecer que nadie está a salvo. Si escribes ese tipo de historia, claro.

6. El día ordinario que se tuerce

Dentro de los clichés en el primer capítulo de una novela, este es al que deberías aspirar. Casi. ¿Vives una existencia apacible cuando de repente una explosión/divorcio/accidente/asesinato/virus interrumpe tu tranquilidad? Es una buena forma de empezar una historia: personaje cuya vida se torna patas arriba ante un evento inesperado. Ahí cuentas con un gancho. Casi.

Y he dicho «casi» porque este cliché en el primer capítulo alberga una trampa: convierte al protagonista en reactivo. Uno de los grandes pecados entre los escritores: que las acciones del protagonista sean consecuencia de las del villano. No es malo si futuras acciones demuestran que tu personaje se trata de alguien que toma la iniciativa, pero sienta un peligroso precedente. Tampoco es tan malo, no te tires de los pelos, pero he creído conveniente advertirte.

La ventaja de este formato es que se transforma en un viaje de descubrimiento, tanto para el protagonista como para el lector que sigue sus pasos. Acude a mi mente El Hobbit, donde Bilbo estaba con su vida, sólo para que se la fastidie Gandalf. Formato que se repetirá con el pobre Frodo, que las pasará canutas. Este viaje/aventura agiliza el ritmo de la narración, y resulta eficaz para enganchar al lector, que era tu objetivo inicial.

7. El nuevo hogar

Y si hablamos de viajes de descubrimiento, no podía faltar el último de los clichés en el primer capítulo de una novela. Una vez más, este tal vez sí te interese. La llegada al nuevo hogar. Ya sabes, personaje que se muda, emigra o es exiliado, y debe adaptarse a las costumbres de su nuevo hogar.

Pese a lo manido del formato, es tremendamente eficaz.

  • Introduce el escenario y los personajes que acompañan al protagonista.
  • Te permite cierto grado de infodumping sin que el lector ponga los ojos en blanco.
  • El formato preguntas (lo que no sabe el protagonista) te facilita aún más la exploración de tu mundo.
  • Al establecer comparaciones con su vieja residencia, expandes aún más tu mundo presente y pasado.

Como ves, casi todo se vincula a explorar el mundo y sus personajes, por lo que este supuesto cliché ofrece incontables ventajas para algunos géneros literarios, como la fantasía y la ciencia ficción. Aunque es perfectamente expandible a otros, y por eso lo recomiendo (si tu novela lo pide, claro, no es necesario forzar).

¿Conoces más clichés en el primer capítulo?

Si los conoces, dímelos. De verdad. Me dedico a corregir novelas, y he visto de todo, bueno y malo, tanto en ortografía como en la estructura de una novela, pero no consigo recordar más tópicos que los antes mencionados. Al menos en los que entrarían en la categoría de clichés en el primer capítulo de una novela. Sin embargo, existen algunos más, que probablemente tú conoces. Si crees que alguno se merece su propio apartado, no dudes en escribir un comentario.


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