7 errores en el primer capítulo de una novela
Es difícil conseguir lectores. Esa es la cruda realidad, dado que existe una amplia competencia en temas de libros. La popularidad (ya sea el boca a boca o la difusión en redes sociales) es el punto clave para la venta de un título. Así que iré al grano y te diré que existen al menos siete errores en el primer capítulo de una novela que no quieres cometer para que ese lector que tanto te ha costado conseguir, no decida abandonar tu historia porque no le gusta. ¡Necesitas a ese lector! De modo que aquí encontrarás algunos algunos consejos sobre cómo evitar los más comunes errores en el primer capítulo. ¡Adelante!
La odisea de vender libros, y los 7 errores en el primer capítulo de una novela
¿Cuántos libros se venden en España? Según Statista, unos 174 millones en 2021. Parecen muchos, de hecho, parece que toca a cuatro libros por habitante. Sin embargo, hay una trampa en esa estadística, pues incluye todas las ventas de libros, grandes y pequeños, ficción y no ficción (y en estos últimos, hay un importante porcentaje que está dedicado a los libros escolares, donde cada alumno adquiere no menos de siete libros debido a sus asignaturas). Ay, parece que el tema se complica.
Aún no has visto todo.
¿Cuántos libros se publican en España? De nuevo, Statista nos ofrece la respuesta para 2021: 198 millones. ¿Ves el problema? Se publican más libros de los que se venden. De modo que es necesario abrirse un hueco en esta feroz jungla de publicación. Y cuando por fin lo consigues... en fin, no permitas que el lector se encuentre con estos siete errores en el primer capítulo de una novela. Especialmente si puedes evitarlo.
Errores y clichés
Aunque se mueven en las mismas aguas, no se trata de lo mismo. Este artículo se centra en los errores al inicio de una novela, pero también he escrito un artículo sobre clichés en el primer capítulo. Algunos de los cuales son hasta beneficiosos. ¡Échale un vistazo!
1. Infodumping sobre cómo era el mundo antes de...
En primer lugar, tenemos un problema al que me gusta llamar «el curso de verano». Hace que ponga los ojos en blanco y susurre un «Otra vez no...». ¿Sabes de lo que hablo? Infodumping. Sobre esas páginas previas, a modo de prólogo, donde sueltas una chapa sobre tu worldbuilding, explicando cómo es el mundo, su política, su magia... Es muy habitual en novelas de fantasía o de ciencia ficción, pero también se ha visto en novela histórica o negra. Es decir, no es una torpeza limitada a un género, y es uno de los errores en el primer capítulo de una novela que más hablan sobre tu calidad al escribir. Cuando leo esos segmentos, tengo la impresión de que el autor asume que el lector necesita superar un examen previo antes de adentrarse en el mundo que ha creado. ¿Por qué lo asume? ¿Porque su novela es muy complicada y el lector es tonto? Igual habría que explicarlo mejor, en lugar de dedicar las primeras páginas a una lección de historia. A Brandon Sanderson le funcionó en Elantris (porque lo mantuvo muy breve, a modo de relato corto, y con mucha calidad). También a Peter Jackson en La comunidad del anillo (porque era una película en la que emitió una escena épica). Aunque tal vez fuera suerte. Personalmente, yo no me la jugaría. Hay formas más sutiles —aunque requieran mucho trabajo por tu parte— de comunicarle al lector todas esas ideas maravillosas que desarrollaste para el mundo de tu novela. ¿La mejor? Introducir la información poco a poco, a través de las acciones y diálogos de los personajes, de los lugares que visitan... que ellos descubran esos datos, así el lector participa en ese descubrimiento.
PD: ¿Te has dado cuenta del bloque de texto que te acabo de endosar?
2. Largo párrafo descriptivo
Una variante del anterior, más común, pero no tan dañino. De hecho, lo considero el más habitual de los errores en el primer capítulo de una novela. A los lectores les gustan los diálogos. Sí. A los lectores les gustan las acciones de los personajes. Sí. No obstante, un enorme párrafo donde se describe un personaje, un lugar... Un bloque de texto repleto de adjetivos y cualidades, sin que nada ocurra y por tanto sólo transmite una sensación estática... Eso no gusta tanto. Hay quien incluso se lo salta (un crimen, en mi opinión). Pero ocurre.
A la hora de describir en una novela, hay que buscar la concreción. Menos es mejor. Siempre. Usar las palabras adecuadas, las mínimas imprescindibles, para que el lector reciba la información precisa (óptima) en el menor tiempo posible. Por eso un bloque descriptivo es mala idea. Claro que hay que describir, pero es necesario alternar con diálogos y, sobre todo, con acciones, para mostrar cómo son tus personajes. El famoso muestra, no cuentes.
3. Demasiados personajes en el prólogo
Cuántas veces habré encontrado este problema al principio de una novela, tanto como lector como al corregir. Capítulo inicial, unas nueve páginas de extensión, y aparecen incontables personajes, con nombre y apellidos (hasta mote) descripción física, profesión, sueños y aspiraciones. ¡Un caos!
¿Ha habido tiempo para hablar sobre la historia en sí? Pues no. ¿Crees que el lector recordará el nombre de alguien tras cuatro páginas? Tampoco. Habrá que arreglarlo.
Es apropiado señalar un grupo de soldados, la media docena de clientes que esperan frente a un pozo de agua, o las siete mil personas que se manifiestan en contra de la nueva Ley de Pensamiento Patriótico. Pero esa clase de personajes ni siquiera alcanzan ese estatus: son parte del escenario.
El problema es que el lector no sabrá quién es importante y quién no. Y eso es muy grave en un primer capítulo, pues se trata de la primera toma de contacto del lector con tu novela. Debes mostrarle alguien con quien empatizar, una vida que merezca la pena, una historia de amor por la que interesarse. Más adelante, presenta a otro.
¿Tu novela puede incluir seis o siete protagonistas? Pues claro, mira la saga de Canción de hielo y fuego. El problema es cuando los presentas todos de golpe, y cuando pretendes repartir el protagonismo entre ellos. ¡El lector estará perdido! Dosifica los personajes, tal vez con capítulos dedicados a cada uno de ellos, para que el lector los conozca a medida que avanza la historia.
4. No está claro quién es el narrador
Un problema que puede derivar de lo anterior, pero que también aparece en solitario. ¿Quién cuenta la historia? ¿Es uno de los personajes? ¿Un testigo? ¿Un archivo documental? ¿Un narrador omnisciente? ¿Hay más de un narrador? Si es así, ¿por qué?
Estas son preguntas que tú deberías plantearte al escribir una novela, pero no el lector. Es necesario que todo quede claro, para que informador e información formen una simbiosis que alimente el placer de la lectura. No confundas al lector con repentinos cambios en el punto de vista.
Elige sabiamente quién será el narrador de una novela, y luego trabaja para que el lector lo sepa en la primera línea. No lo mantengas en un limbo de confusión. Este es uno de los errores en el primer capítulo de una novela más fácil de arreglar, de modo que no cometas un error de novato.
5. Tampoco sabemos cuál es el conflicto
Hay gente que confunde un inicio interesante con una escena de combate. La acción en el primer capítulo, también conocido como in media res, es una herramienta atractiva. Yo mismo la utilicé al escribir El Cirujano. No obstante, una escena de acción que nada tiene que ver con la novela, o que en absoluto presenta el problema, es uno de los peores errores al escribir el primer capítulo de tu novela.
Recuerda que las páginas iniciales son tu presentación, ¡muéstrale al lector por qué debería interesarse por tu historia! ¿Cuál es el problema? ¿Cómo afecta a los personajes? ¿Qué hacen para solucionarlo? ¿De qué trata esta novela que has escrito, y por qué desperdicias las primeras páginas en hablar sobre algo ajeno a lo que de verdad importa?
6. Ausencia de gancho
Has evitado el infodumping, tienes personajes en cantidad adecuada para que no abrumen al lector, has presentado el problema... Sin embargo, parece que el primer capítulo no cuaja. ¿Por qué? Porque si la escritura sólo se basara en aplicar una serie de normas, las famosas IA escribirían novelas que merecieran la pena (no lo hacen, ya ha caído en mis manos alguna de esas aberraciones).
Hace falta creatividad, y eso sólo se consigue a base de ensayo y error. Reescribrir el primer capítulo media docena de veces es algo perfectamente normal. También borrarlo por completo, como he hecho con Noventa atmósferas.
Tu primer capítulo debe ser emotivo; generar intriga en el lector; presentarle el mundo y el problema, sí, pero de un modo que sea creativo, cargado de interés. Si tu primer capítulo ocurre antes del «detonante de la novela», tienes un problema. Ya que es el detonante de la novela lo que debería ser el primer capítulo. ¿No crees?
Evita también un inicio lento, con una persona ordinaria haciendo algo ordinario, ¡habrá más tensión si una persona ordinaria actúa con frenetismo para buscar los apuntes para su examen! Puede que tu intención sea «crear un mundo apacible antes de destruirlo», pero no conviertas eso en una docena de páginas que sean «conversación de ascensor».
7. El peor de los errores en el primer capítulo: mala ortografía
Por último y no por ello menos importante, uno que no tiene nada que ver con tu estilo de escritura, sino tu edición. Una ausencia de gancho supone un problema, pero tal vez te topes con un lector comprensivo, uno dispuesto a concederte otra oportunidad con tu segundo capítulo. Porque es buena gente, o porque le gusta cómo escribes. Sin embargo, si al lector le cuesta seguir la lectura por culpa de una mala ortografía... tendrás suerte si llega a la sexta página.
Entre los errores en el primer capítulo de una novela, este es el más visual, y además denota torpeza o despreocupación por tu parte. ¿Te costaba mucho revisar la ortografía? ¿De verdad vas a tirar tu esfuerzo por la borda? Adelante, es tu historia. Luego no te quejes de las malas reseñas que recibas durante los primeros meses.
Corregir errores ortográficos es FUNDAMENTAL. Piénsalo: ¿alguna vez has terminado una novela repleta de erratas? ¿Has sacrificado tus ojos por esa historia, pese a lo mucho que te lo hayan recomendado? Si tu respuesta, es sí, eres un valiente. Pero no es lo habitual. ¡Corrige tu novela si quieres atraer lectores!
Por mi parte, mantengo una cruzada personal contra las erratas; podría decirse que me viene de oficio, pues soy corrector de novelas, pero la verdad es que precede a esa época. Tolero los errores puntuales, claro está. A todos se nos escapa una tilde, una coma o un doble espacio, pero de ahí al avismo de la hortografía, hay un gran trecho.
¿Son realmente errores en el primer capítulo de una novela?
Por último, debes plantearte una pregunta creativa. Lo que te he explicado en los párrafos previos, ¿son realmente errores en el primer capítulo de tu novela? Es evidente que debes evitar los errores ortográficos, claro, pero ¿y lo demás?
¿Supone un problema que aparezcan demasiados personajes? ¿O tal vez enriquece a tu novela? ¿Confundes a los lectores con un narrador ambiguo, como ya hicieron los autores de Las estepas de Avok, porque así generas intriga sobre quién narra la historia? Tu inicio lento es necesario para que el lector se encariñe con ese mundo rico y maravilloso que planeas amenazar en la página quince?
Son preguntas que debes plantearte —antes de escribir o durante la fase de edición, pero no MIENTRAS escribes, porque es importante que concluyas el borrador— para mejorar tu texto y que se convierta en una lectura agradable, de esas que una vez finalizadas reciben la recomendación de tus lectores, que serán quienes difundan la existencia de tu novela. Hazlo lo mejor que sepas. Escucha consejos. Edita. Edita. Revisa. La verdadera escritura consiste en arreglar lo ya creado, en saber cuándo ya no sobra nada, y tu primer capítulo se ha convertido en una magnífica tarjeta de presentación para tu novela.
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