Censura en Amazon y las cubiertas de Amazon Ads

¿Se aplica censura de Amazon en su catálogo de libros?

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Esta se trata de una de esas preguntas que no te planteas hasta que te surge el problema. La verdad, nunca creí que El alguacil, mi novela histórica sobre un pequeño pueblo de Aragón, padecería algún tipo de censura. Pero así fue. Y aún padece. Vivimos curiosos tiempos donde considerar la sensibilidad de algunos se ha convertido en un obstáculo creativo. El problema no es que se cuide esta sensibilidad, sino que esta es tan subjetiva que ahora soy yo el afectado por censura en Amazon con una cubierta de mi novela. Por motivos que —ya verás— son absurdos. Y como este es mi blog: 1) Me quejo aquí y 2) Te presento el problema para que lo evites en tus novelas.

Censura de Amazon en sus productos…

En primer lugar, la pregunta esencial: ¿existe censura en Amazon? Respuesta: sí. Desconozco cómo funciona al detalle, porque mí única experiencia como vendedor en Amazon ha sido a través de novelas, pero sé qué hay algún tipo de lector de contenido (una máquina, por supuesto) que se lee tu novela para hacerse una idea respecto a su contenido y asignarlo a la categoría pertinente.

Por supuesto, no se trata de un sistema muy fiable, por lo que a menudo hay que escribir a Atención al cliente para que tu novela acabe en las categorías correctas. Ya hablaré en otro artículo sobre cómo añadir categorías a tu novela. Lo relevante para este artículo es que ese robot podría detectar que tu libro infringe las condiciones de Amazon (que más adelante te muestro), y aplicar censura hasta que ese contenido sea eliminado.

El caso es que hay ciertos productos que nunca llegan siquiera publicarse, porque infringen descaradamente alguna ley o reglamento interno. Si te censuran este tipo de producto, es tu problema, por intentar vender algo que claramente tiende más al negro que al gris.

…reseñas…

Ahora llegamos a las famosas reseñas de Amazon, que a menudo considero la piedra angular de las ventas. Se trata de una especie de boca a boca permanente. Cuantas más opiniones (positivas) mayor probabilidad de venta. Por eso son tan importantes para el vendedor. Y por eso mismo son el blanco de prácticas fraudulentas.

¿Quién no querría potenciar el atractivo de sus productos, o el de sus amigos? Basta con leer algunas reseñas detenidamente para darse cuenta de que algunas:

  • Dicen lo de siempre, sin ofrecer ningún detalle sobre la novela (típica reseña de un amigo/familiar que ni se la ha leído).
  • Tienen un lenguaje artificial (¿tal vez IA?).
  • Reclaman al comprador con un «el regalo perfecto para estas Navidades», de nuevo, sin ofrecer opinión propia.
  • Están escritas por nosoyunbot298 o humanodeverdad72.

O lo contrario, fastidiar a alguien. Casi diez años después, todavía estoy convencido de que la primerísima reseña de mi primera novela, El Señor es mi pastor, me la «regaló» un «compañero» de universidad. Le dije que había escrito una novela, y esa tarde apareció una reseña que afirmaba que la novela «Es una mierda. Sólo he leído un capítulo». Ojito. ¿Habré pedido mil veces que retiren una reseña de alguien que no se ha leído mi novela? Sí. ¿Me han hecho caso? No. Qué le voy a hacer.

Controlar las reseñas de Amazon es una tarea muy complicada, porque si el número de artículos en venta ya es inmenso, cuando hablamos sobre el número total de reseñas de productos llegamos a cifras que apenas somos capaces de comprender. Por eso es necesario darle margen a Amazon respecto a las reseñas. No puede controlarlas todas. Y de nuevo surge el dilema libertad de expresión versus censura.

…e incluso de usuarios

También hay algunos usuarios que son completamente censurados. Ellos y cuanto opinan. ¿Recuerdas a nosoyunbot298 y humanodeverdad72? Censurados. Seguro. Supongo que este tipo de censura se trata de una medida extrema que Amazon aplica a aquellos perfiles que supone que son bots (probablemente, la mayoría de casos, ya sea para favorecer un producto o marca, o para atacar a la competencia) y a algún troll (aquí hablamos de algún monstruo que se dedica a sembrar el caos entre las opiniones de Amazon).

Todos estaremos de acuerdo en que este tipo de perfiles daña tanto a Amazon como a su catálogo de productos (entre los que se encuentran nuestras novelas). Ningún daño en que esta gente (o IA) desaparezcan. Aunque supongo que sus compras se mantendrán; no imagino a Amazon renunciando a dinero.

¿Existe censura en los libros de Amazon?

Y es que todo se resume a eso: dinero. ¿Por qué Amazon censura productos? Porque pueden dañar su marca y reducir las ventas. ¿Qué daña su marca? Aquello que ofende a sus clientes. ¿Y qué les ofende? Ah, camarada, aquí es donde el asunto se pone interesante, ya que puede tratarse de cualquier temática. No sólo lo ilegal, inmoral, racista, machista… Puede ser CUALQUIER temática. En fin… Opinión y culo, todos tenemos uno.

Y la sentimientos ofendidos de un cliente —o una minoría— no van a derretir el frío corazón de Amazon. Sin embargo, si opinión minoritaria es compartida por un número creciente de usuarios, a Amazon le faltará tiempo para afirmar «que escucha a sus usuarios (clientes) y tomará medidas en el asunto». De modo que el criterio es el dinero, y vamos a verlo con dos ejemplos.

Libros que escaparon a la censura gracias a Amazon

Fariña, cómo la censura en Amazon hizo de ella un superventas

He aquí el curioso (aunque no único) caso de la novela Fariña. Te suena, ¿verdad? Hablaba sobre narcos y políticos gallegos, y eso molestó a gente importante, que tras un poco de papeleo convencieron a un juez para que Fariña fuese censurada.

De la noche a la mañana, estaba prohibida la venta de este libro en España. Aquello supuso un impacto económico en librerías y distribuidores. También hubiera afectado gravemente al autor y a la editorial, de no haber sido por Amazon, ya que la prohibición de venta EN ESPAÑA se tornaba un poco flexible cuando hablamos de un mercado online, especialmente con la existencia del ebook.

Así que tan pronto se difundió la noticia de su censura, hubo quien se lanzó a comprarlo en Amazon. Así nació este superventas, fruto del atractivo de lo prohibido. De este modo, la censura en Amazon (su ausencia, en este caso) salvó una novela.

Libros que sí fueron censurados en Amazon

La guía del pedófilo para el amor y el placer. Así, sin filtro. Casi nada el título y su contenido. Amazon no censuró este contenido durante los primeros meses, de modo que si algo así puede publicarse, superando la famosa revisión de los robots lectores de Amazon, cualquier obra ilegal o inmoral estará disponible en la plataforma… mientras permanezca oculta.

Resulta que este nefasto libro fue descubierto, y corrió la voz. Y claro, se formaron dos corrientes, por un lado estaban quienes abogaban por su censura y retirada inmediata, polémica que generaba publicidad para el libro, y por otro lado estaban quienes —ellos sabrán sus razones, si vicio, curiosidad o simplemente la atracción de algo que desprecias— adquirieron el libro. Y claro. Las ventas se dispararon, lo que impulsó el algoritmo de Amazon a subirlo de puesto, lo que supuso más publicidad y más ventas.

El final de esta historia es que, ante la presión pública, Amazon decidió retirar el libro de su catálogo. ¿Lo hizo por censurar un contenido que creían nocivo? En realidad, no. Lo hizo desde un punto de vista empresarial: los beneficios de las ventas (ese 30% que se lleva la plataforma) no compensaban el desgaste en imagen pública, de modo que optaron por retirar La guía del pedófilo para el amor y el placer de su catálogo. Eso sí, después de haber cosechado ventas.

El equilibrio entre beneficio, tolerancia, censura y odio

Todo está vinculado a la balanza beneficio versus imagen social. Y aquí encontramos extremos. Por un lado tenemos la famosa avaricia empresarial (cuánto está dispuesto a forzar la moral una compañía para maximizar sus beneficios) y en el extremo opuesto están los llamados «ofendiditos», aquellos que se molestan por casi todo y claman a los cuatro vientos, gente que profetiza el futuro que Ray Bradbury expuso en Farenheit 451.

Estos son los extremos, pero los humanos debemos aprender a vivir en esa (amplia) franja intermedia, lo que a menudo llamamos los «límites de la ética». Aquello que es moralmente aceptable para la mayoría de la población: cierta dosis de sexo, cierta cantidad de violencia no recreativa, informar sobre el suicidio pero sin abogar por él… Moral y sentido común, diríamos.

Contenidos potencialmente censurables en Amazon

Trabajo como corrector de textos, de modo que en mis manos cae de todo, incluidos contenidos «dudosos». Los más habituales son violencia contra las mujeres (algunas obras son testimonios, otras novela negra, y un par se han «recreado» en estos sucesos) y libros de autoayuda que se juguetean con el sectarismo y las prácticas de brujería. También una biografía (que nunca vi publicada) de un boxeador del África Negra que confesaba en su obra haber torturado a gente hasta ganar el dinero para un pasaje en patera hasta el sur de Italia. De modo que acerca de temas censurables sé un rato.

Existe una serie de temáticas que están en «riesgo» de ser censuradas. La mayoría de las cuales pertenecen a categorías que el sentido común (el menos común de los sentidos) bloquearía. Estas son:

  • Suicidio
  • Violación
  • Incesto
  • Sexo con menores
  • Alcohol
  • Drogadicción
  • Apuestas
  • Estafas financieras
  • Terrorismo
  • Violencia

La lista probablemente es más larga e incluye matices en cada uno de esos temas, pero te haces una idea general. ¿Matices, dices? Y es en este último punto —violencia— es donde empieza mi experiencia personal con la censura en Amazon, y razón fundamental para escribir este artículo. ¿Qué es exactamente violencia? ¿Hasta dónde es censurable?

Censura en las cubiertas de Amazon

El alguacil, la cubierta afectada por la censura en Amazon

Vaya por delante que mi experiencia con la censura en Amazon está limitada a las cubiertas, no al contenido de mis obras. Mis novelas incluyen violencia (tanto crímenes como guerras y revoluciones) como muchas de las obras que todos leemos y disfrutamos. Amazon no tiene ningún problema conmigo, ni yo con ella. El asunto que hoy nos ocupa versa sobre las cubiertas de las novelas, la imprecisión respecto a lo que infringe o no la sensibilidad. ¿Por qué lo cuento? Para que aprendas de errores ajenos; en este caso, mío.

Por fin entramos en materia. Durante mucho tiempo (desde 2016) mi novela El alguacil estuvo publicada en Amazon sin que a nadie le molestase. Hay alguna reseña negativa, pero eso es inevitable. Cada libro tiene su lector, y cada lector tiene su libro. No se puede gustar a todo el mundo. Sin embargo, todo iba bien. Se acumulaban ventas y reseñas, que siempre anima a escribir más.

Censura en Amazon Ads

No obstante, en algún momento de 2023 recibí un email de Amazon en el que se me informaba que mi cubierta de El alguacil hería la sensibilidad del lector y que se tomarían medidas. ¿Medidas? Ya me imaginaba censura. Pero no fue así… no exactamente. Censurar una obra es un acto muy dramático, y Amazon prefiere evitar los dramas, en caso de que se desate mala publicidad. En lugar de censurar (que en realidad le daría más publicidad a la obra) lo que hizo fue ocultarla. Y la forma más sencilla de ocultar una novela en Amazon es bloquear su presencia en Amazon Ads para que las ventas disminuyan y caiga en ese pozo donde habitan las novelas que venden dos libros al año.

He aquí el secreto de la censura en Amazon: la invisibilidad. Que nadie se engañe: como escritores autopublicados (o de pequeña editorial) nuestras obras son prácticamente invisibles. Eso es así. Y nada puedes hacer hasta que acumules lectores y saltes a la siguiente categoría. Sin embargo, Amazon Ads nos abrió las puertas de la venta a bajo coste (lo llaman inversión, y funciona). No me extenderé mucho aquí, pero recomiendo que si autopublicas en Amazon, utilices Amazon Ads para vender libros. Es efectivo.

Me censuran una novela en Amazon Ads

La primera cubierta de El alguacil «incitaba a la violencia». O eso afirmaban desde Atención al Cliente, cuando intenté convencerles de que no era así. Tras mucho intercambio de mensajes y chat, al final descubrí que el problema no era la violencia (has visto portadas más violentas seguro) sino la sangre.

Al parecer, desde 2023 la sangre es un asunto tabú en las cubiertas de Amazon, y motivo de exclusión de Amazon Ads. ras mucho alegar que la primera cubierta no incitaba a la violencia, que describía una escena de la novela, que… Nada. Aquello era sólo mi opinión. Opinión y culo… Y Amazon tiene la suya. De modo que la censura a mis anuncios en Amazon Ads persistió.

No importa que fuese sangre sobre la nieve, es sangre. Fin de la historia. Mucho hablar con ellos, y al final sólo queda doblegarse. De todos modos, quizá fuese momento de subirle un poco al nivel a mi novela histórica…

Cambiar la cubierta de mi novela para evitar la censura en Amazon

Segunda cubierta de El alguacil, también afectada por la censura en Amazon

Así que la única solución que encontré fue contratar a un ilustrador (nada de IA) para que actualizase la cubierta de El alguacil. No me interesaba mucho cambiar de temática, para que la obra fuese reconocible y el castillo de Yecra (un lugar real, lo que queda de esa fortaleza) estuviera presente. Tras mucho buscar, encontré a un ilustrador griego, Dimitrios Tizivilakis, que se ofreció a cumplir el encargo.

Hizo una actualización de la vieja cubierta, pero con mayor atención a los detalles y siguiendo las políticas de Amazon. Una vez actualizada la cubierta, reactivé los anuncios de Amazon Ads. Y surgieron dos eventos curiosos: uno bueno y uno nefasto.

Resultados del cambio de cubierta

A medida que los anuncios en Amazon Ads eran «activados», se reanudaron las ventas en Francia, Alemania, Estados Unidos… y ¡grata sorpresa! Italia. En tierras italianas estoy vendiendo mucho gracias a Amazon Ads, así que es de agradecer (de hecho, este mayo voy a la Feria del Libro de Milán, a ver si impulso un poco más las ventas).

Por desgracia, toca una de cal por cada una de arena. En España no vendo NADA a través de Amazon Ads. Los anuncios están aprobados, pero no se muestran. Indago en el asunto, y tras un par de meses de conversaciones con Amazon (su velocidad de respuesta se mide en eras geológicas) descubro que la red flag de la vieja cubierta pende sobre la nueva, ya que se aplica al libro, no a la imagen. Así que el bloqueo persiste en España, que es mi principal mercado. Genial…

La censura en Amazon persiste…

Y siento decir que este es el final de la historia sobre la censura en Amazon, porque llevo otros cinco meses conversando con bots de autorespuesta, personal chino que usa un traductor automático para hablar conmigo en inglés —¿no trabaja en Atención al cliente ni un solo mexicano?— que no dejan de repetirme lo mismo: que tengo razón, que la nueva cubierta no infringe las políticas de Amazon, que van a levantar los controles impuestos sobre la obra, que en dos semanas todo se arregla; nuevo mensaje para explicarles que sigo bloqueado, ¿cuál es el problema? se lo explico; ah, sí, que tengo razón, que la nueva cubierta no infringe las políticas de Amazon, que van a levantar los controles impuestos sobre la obra, que en dos semanas todo se arregla.

Nuevo mensaje para explicarles que sigo bloqueado (bis), Amazon, dígame, ¿cuál es el problema? Se lo explico… Y así, ad infinitum. Ya estamos en abril.

Así que escribo este artículo por frustración; por aconsejarte que no la cagues una única vez al principio, ya que no tendrá remedio; y por si, casualidades de la vida, sabes cómo solucionar este problema. También para anunciar que la cubierta de mi próxima novela, Lágrimas de fuego, ya está casi lista, y esta vez debería cumplir con las políticas de Amazon. ¡Recemos!

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