¿Por qué me encanta escuchar audiolibros? 5 razones

Este es un artículo en defensa de los audiolibros. No es que haga falta defenderlos, porque parece que su popularidad crece (¡bien!) pero soy un firme partidario. Me gustan. Mucho. Los combino con el ebook y el papel, y hasta ahora no me ha supuesto un problema combinar los tres formatos. Cada momento te pide algo diferente, y eso he hecho. Hoy en este blog: el origen de mi pasión por escuchar audiolibros, y algunas recomendaciones sobre dónde comprarlos, qué esperar de ellos y cómo usarlos para mejorar tu salud. ¡Allá vamos!


Covid: escuchar audiolibros por necesidad

En noviembre de 2020, contraje el coronavirus. Del malo. Nunca llegué al hospital, por suerte, pero el bicho me retuvo doce o trece días en una cama. Aislado de mi familia por una puerta más gruesa que la fuerza de mi voz, y comunicándome con ellos por WhatsApp. No quedó otra. De levantarme de la cama por temas de higiene; mejor no hablamos.

Por suerte, lo malo, malísimo (cuando dije aquella famosa frase de «¿De esta mierda me voy a morir?», aunque quizá fui un poco dramático) sólo se prolongó tres días. Sólo tres días. Pero se hicieron muy largos porque no podía hacer nada. Y mis ojos no estaban para vídeos y pantallitas de móvil.

Resulta que el aburrimiento (incapaz de trabajar, leer, escribir o hacer nada que no fuese tumbarme en la cama y elegir entre respirar o hablar) era lo que me iba a matar, no el bicho. Entonces ¿qué podía hacer?Bueno, los oídos me funcionaban, ¿no? Pues escuchar audiolibros. Tiré un poco de tarjeta de crédito («¿Por qué no?», me dije) y me descargué la trilogía Mistborn... ¡en formato audiolibro! ¡Y con efectos sonoros!

De Youtube a Audible

Aquella no era realmente mi primera experiencia con un audiolibro. Ya había disfrutado de La llamada de Cthulhu (obra que nunca he leído, por cierto) de la mano del canal de Youtube de Noviembre nocturno, a quienes no tengo ningún problema en ofrecer algo de publicidad. Resultó una grata experiencia de una sola vez (o eso creí) y ya me olvidé acerca del asunto de escuchar audiolibros.

Hasta que, como dije, llegó el virus. Entre las muchas opciones disponibles, mi primera opción fue el estudio Graphic audio (también publicidad gratis, porque se agradece vuestra calidad). Bastante caro, pero mereció la pena. Un actor para cada personaje, efectos sonoros (pasos, magia, viento, madera al quebrarse...) e incluso su propia banda sonora. Aquello me alegró mientras estaba tumbado en la cama. Horas y horas de historias narradas. A partir de entonces, supe que escuchar audiolibros se convertiría en parte de mi rutina.

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¿Por qué escuchar audiolibros?

¿Cómo explicar mi gusto por las novelas narradas? ¿Cómo transmitirte el antiguo placer de una voz junto a una hoguera y bajo un cielo estrellado? Eso es lo que tienen los audiolibros, ecos del pasado. El arte perdido de la narración popular. Por supuesto, hay mucho más.

La principal ventaja de escuchar audiolibros es que te permite ser multitarea, lo cual aumenta tu productividad, o te relaja si estás bajo una tarea tediosa. He aquí cinco razones para darle al play y escuchar historias:

  1. Puedes escuchar audiolibros en cualquier lugar
  2. Te sirven como excusa para practicar deporte
  3. En realidad no son tan caros, ¡si sabes cómo!
  4. Te ayuda con los horarios
  5. Mejoran tu calidad literaria

1. En cualquier lugar

El ebook nos abrió las puertas de «todas las novelas en todos los lugares»; escuchar audiolibros es un paso más allá en la posibilidad de leer libros donde sea, y sin necesidad de renunciar a la vista. ¿No escuchas la radio mientras cocinas o limpias el baño? Escuchar audiolibros es tu alternativa. ¿Caminar (o conducir) treinta minutos de camino al trabajo? Ahí los tienes, y sin suponer un peligro vial porque tus ojos no están en la carretera. Allá donde fueres, escucha lo que quieres.

Hay veces que viajas en tren, o en avión, o eres el pasajero en un Bla Bla Car de cuatro personas. Hay ocasiones en las que no quieres iniciar conversación (¡no pasa nada!) pero las curvas, las turbulencias o alguna otra razón te impide leer en condiciones. Ahí es donde escuchar audiolibros se convierte en una posibilidad sugerente.

2. Practicar deporte

Derivado del punto anterior sobre que puedes escuchar audiolibros en cualquier lugar, resulta que uno de esos lugares es el gimnasio. ¡O correr por el Ebro! Pertenezco a ese grupo de personas que necesitan una excusa para hacer ejercicio. No me sirve «el deporte por el deporte», es ajeno a mi naturaleza. Sin embargo, necesito hacerlo. Mi trabajo es sedentario. De modo que he aplicado un combo de literatura y esfuerzo físico.

La cinta de correr y la elíptica son mis dos lugares favoritos para escuchar audiolibros. Leo mis historias mientras los músculos se fortalecen, cardio, sudor... todo eso. Si lo haces con suficiente frecuencia, se convierte en una rutina. Una de las buenas. Personalmente recomendada por Carlos Pérez Casas.

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3. Son más baratos de lo que aparentan

Escuchar audiolibros con Audible

No todos, es cierto. Producir un audiolibro es caro. Bastante. Al habitual trabajo de redacción (el tuyo), corrección (me puedes contratar a mí, si buscas un corrector de textos) y diseño de cubierta tienes que añadir los honorarios del locutor, que pueden ser en pago único o un porcentaje de las regalías, e incluso un maquetador que ajuste la portada, pues los audiolibros están enfocados al formato cuadrado, una reminiscencia de la caja de CDs.

Es decir, que producir un audiolibro no es negocio barato, y ese coste debe ser trasladado al lector si la productora quiere obtener un beneficio por su trabajo. De modo que los audiolibros son caros. Pero no siempre. Porque comprar un audiolibro requiere soltar algún euro extra, pero la suscripción de Audible Amazon es una alternativa muy jugosa. Yo la uso.

Desde que escucho audiolibros, estoy suscrito a Audible. Hago algunas maniobras al suscribirme y darme de baja, para pagar algo menos aquí y allá mientras me aprovecho de las ofertas, pero todos los meses estoy suscrito. Y resulta que es barato, menos de 10€ al mes y con acceso a un amplio catálogo de descarga gratuita (el cual conservas incluso si te das de baja).

4. Escuchar audiolibros te ayuda con los horarios

Asignar una tarea a dos actividades (ejercicio y audiolibros, en mi caso) te permite gestionar mejor los tiempos. La duración de los capítulos aparece indicaba en tu audiolibro, lo que me permite no sólo determinar cuánto voy a correr (un capítulo de 43 minutos y otro de 19), sino establecer objetivos semanales: «tres horas de elíptica a la semana, por las mañanas, así me cunde el resto del día» o «después de cenar, así me relajo antes de ir a dormir».

Si eres una persona organizada, tal vez no necesitas algo así; pero para mí ha ido esencial. Especialmente para correctores como yo, que después de ocho horas leyendo palabras, no me puedo «divertir» con más lectura. O durante época de estudio, cuando careces de tiempo para leer. Ahora, siempre que es factible, escucho audiolibros mientras camino, voy de compras o practico deporte. También te motiva al limpiar la casa. Cuando sientas la necesidad de regresar a una historia, ¡haz dos cosas a la vez!

5. Mejoran tu calidad literaria

Este va destinado a quienes, como yo, se dedican a escribir novelas. Escuchar audiolibros te permite aprender más sobre los tempos, la musicalidad de las oraciones y diálogos, la eficacia de las comas y otras pausas. De verdad, escuchar una obra ayuda con el desarrollo de tu estilo de escritura. Me lo mencionaron hace años «Cuando estés en la fase de edición, lee en voz alta tu novela». Tenían razón. Por desgracia, no les hice caso hasta que empecé a escuchar audiolibros.

Además, si el narrador es bueno, te permite detectar los cambios de voz, reflejo de la personalidad de cada personaje. ¡Y eso te conduce a la reflexión! «¿Cómo puedo, a través de sus diálogos, transmitir lo que representa este personaje?».

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¿Quieres escuchar audiolibros míos?

Escuchar audiolibros como El Cirujano.

Por último, un poco de publicidad hacia casa. Resulta que yo también tengo un audiolibro publicado. ¡Así es! Se trata de El Cirujano, mi novela corta de ciencia ficción. ¿No sabes de qué trata?

El creador de la inmortalidad yacía inmóvil sobre el asfalto.

Primero, inventó la inmortalidad. De la noche a la mañana, todo el que era joven se esforzaba por no aparentarlo: nadie quería ser víctima de los cazacuerpos. Después, creó los cuerpos artificiales: ya nadie tuvo que temer. Ahora, el Cirujano ha ido más allá.
Te intrigue o no la sinopsis, lo bueno de este audiolibro es que, además de la narración de Javier Matesanz (El monje o Las cuatro plumas), incluye efectos sonoros, como alarmas de policía, puertas de ascensor al abrirse, traqueteos metálicos... ¡Y todo en tres horas y media de ciencia ficción! Y está disponible en el catálogo de la suscripción de Audible...

Puedes encontrarla tanto en la página de la productora Sonolibro, como en Amazon si dispones de Audible.

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