Lenguaje alienígena
A la hora de escribir ciencia ficción, hay ocasiones en las que los autores dan voz a un personaje que no es humano. Alienígena, máquina, deidad o criatura fantástica. Sin que importe la naturaleza exacta del personaje lo que sí es relevante es que no pertenece a la condición humana. Eso conlleva problemas de lenguaje. Hace poco tiempo, leí un artículo de Dalayn en el blog Más que veneno en el que hablaba de lenguaje alienígena en novelas de ciencia ficción que lo tienen como elemento central de la trama.
Lenguaje alienígena: cómo escribirlo
Interesante idea la del contacto extraterrestre que ha irrumpido con fuerza tras la película de La llegada (The Arrival). Más allá de la filosofía o lo que podamos aprender de nuevas formas de comunicación, se me plantea la duda de cómo reproducir ese lenguaje alienígena. Hay que hacerlo distinto. Extraño. Inhumano. Inmediatamente recordé un personaje llamado Tenok Pol, que aparece en el Ciclo de la Unión de Miguel Ángel Alonso Pulido, al que posteriormente os presentaré, y, a partir de él, se me ocurrieron otros extraterrestres más con su peculiar forma de expresarse. Personajes que, cuando hablan, queda perfectamente claro que no son humanos. Exactamente lo que estoy buscando mostraros en este artículo.
Diálogos con lenguaje alienígena
Los diálogos de los personajes no humanos tienen que ser diferentes. No me refiero a crear un idioma extraño que puede llegar a ser una pesadilla gramatical; ese idioma solo requiere un arduo aprendizaje para dominarlo. Hablo del modo en el que hablan, el cómo se expresan, qué peculiaridades los caracterizan. Un alienígena puede ser capaz de comprender el lenguaje, de reproducirlo, incluso; pero es fisiológicamente distinto, y eso conlleva a que su forma de expresarse deba ser perceptiblemente diferente a la humana.
Tanto si vas a utilizar un idioma universal como si decides que algunos personajes son capaces de hablar esas lenguas extraterretres, o si son los alienígenas quienes hablan la de los humanos, sería interesante que el lector tuviera claro, desde un primer momento, que quien habla no es de este planeta. En algunas ocasiones, esto se consigue con una descripción acotada que nos recuerda su naturaleza no humana.
—Estás cifras son mucho más que incorrectas —dijo alargando las eses con su lengua bífida—. Trescientas unidades de helio no servirán para recorrer esa distancia.
Un borrador que tengo por ahí pero aún no he escrito
Es válido. Es perfectamente válido. No tengo nada en contra de este método y por eso lo saco a relucir. Sin embargo, me gustaría mencionar algunos más que me he encontrado en mis lecturas, y comparto con vosotros para que podáis utilizarlos.
Destripando el castellano, Tenok Pol en La cosmonave perdida
Este sistema requiere el uso de arcaísmos de la lengua, la invención de nuevas palabras que se asemejen a las que queremos decir o añadir nuevas desinencias a las ya existentes. Todo ello para continuar hablando pero dejando pistas sobre la naturaleza del hablante.
—Mi más sentida disculpación. —Inclinó su cefalotórax—. Si hubiese sabido que un consejero se ocuparía del asunto, habría realizado mis preparaciones antes.
Miguel Ángel Alonso Pulido, La cosmonave perdida
Aquí hay una clara alusión sobre la fisonomía alienígena de Tenok Pol (su cefalotórax) pero en su lenguaje hay dos indicios de inhumanidad: disculpación y preparaciones. Esas palabras llaman la atención, exactamente lo que queremos. En conversaciones posteriores aparecerán estas pequeñas variantes gramaticales que destacan sobre el texto.
Apenas había terminado mi salutación cuando Innis Sofka lanzó una cascada de palabras sobre mí, reclamando la apropiación de la cosmonave hallada en el sector 4182. Después de intentar dialogar en varias ocasiones sin éxito, permanecí en silencio hasta que acabara, pensando que tal vez locualidad verbalizadora podía ser una característica de su subespecie humanoide. Cuando Innis Sofka produjo la finalización de su disertación intenté explicar el procedimiento regulado de la Unión, pero sus continuas interrupciones hicieron que tuviera que reiniciar mi discurso varias veces.
Miguel Ángel Alonso Pulido, La cosmonave perdida
El texto fluye, como se puede observar; sin embargo, hay pequeños detalles que nos hablan de una voz alienígena. Y, además, el personaje suele decir el nombre completo de sus interlocutores, recordando con quién habla. Buena idea.
Traductor universal (con errores), Ashby Santoso en El largo viaje a un pequeño planeta iracundo
Podemos pedir ayuda a la tecnología para entendernos con los alienígenas. No hay nada malo en ello. El capitán Santoso no habla el idioma Reskitkish, así que recurre a un software automatizado de traducción. El resultado es bastante satisfactorio.
¡Oh! ¡Acabo de acordarme! ¿Tienes hambre? Sé que los humanos tienen que comer mucho más que nosotros, así que Rixsik y yo estuvimos anoche preparando abundante comida para el [sustantivo, sin coincidencia aplicable, una mesa donde la comida comunal es ofrecida a lo largo del día]. Esperemos que comáis cuanto queráis.
Becky Chambers, The Long Way To a Small Angry Planet
El alienígena habla y Santoso recibe la información traducida, pero ante la aparición de un término el software reacciona realiza con una descripción del mismo, no una traducción. Esta es una muy buena idea de lograr que dos especies distintas se comuniquen y, al mismo tiempo, dejar muy claro que es una conversación interespecies. No requiere de excesivos quebraderos de cabeza.
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Interrupciones anatómicas, embajador Kue en Traición en el Gran Consejo
El embajador Kue es alienígena, y la forma más directa que tiene de demostrarlo es superponer el sonido de sus colmillos al chocarse mientras habla. Esto aporta un elemento sonoro que subyace dentro de la conversación y le da exactamente ese toque alienígena que estamos buscando a su lenguaje.
Tranquilízate, Martell. Debes saber que el mundo -tik- no gira sobre ti. Para tu -tik- información, también he tenido que trabajar hasta -tik- tarde. Reuniones diplomáticas que me -tik- han mantenido ocupado hasta ahora, buscando acercar -tik- a nuestros dos pueblos.
Miguela Ángel Alonso Pulido, Traición en el Gran Consejo
Este tipo de lenguaje tiene la ventaja adicional de añadir una particularidad fisiológica a la conversación. En este caso, nos recuerda que estamos hablando con una especie carnívora. No queremos que el lector lo olvide.
Lenguaje de signos, el pueblo Adem en El temor de un hombre sabio
No es ciencia ficción pero servirá. Patrick Rothfuss me sorprendió al cambiar las reglas de las acotaciones en los diálogos. En lugar de limitarse a los clásicos "—dijo con voz profunda—" o "—exclamó enfurecido—" lo que hizo fue complementar el lenguaje de signos con la conversación oral. No estamos hablando de una sustitución plena de la acotación. Es un añadido. Proporcionando una sensación de que los gestos realmente son parte del elemento comunicativo. Aporta un gran dinamismo a los diálogos de los personajes. Y es muy discreto.
—Ese es el árbol espada —dijo la anciana, e hizo un signo que no reconocí, frotándose la mejilla con el dorso de la mano—. La Latantha. ¿Te parece bello?
Me quedé mirándolo. Curiosidad.
—Me gustaría verlo de más cerca.
—No está permitido. —Énfasis.
Patrick Rothfuss, El temor de un hombre sabio
Como se puede ver, la conversación es similar a cualquier otro diálogo en una novela, solo que recibe el añadido de que esas palabras en cursiva adornan las declaraciones a través de un lenguaje de gestos. No es excesivamente complicado y añade lo visual a lo oral.
Invertir el orden de las palabras, Rayya en Proyecto Armagedón
Un caos. Una locura. Es complejo de leer al principio y te obliga a forzar la vista tratando de entender el significado de las frases. Exactamente lo que te pasaría al conversar con un alienígena.
—¿Satisfecha? Humana, innecesario es violento comportamiento ese. Base la de exterior al salir a vamos, pregunta tu a responder para.
Miguel Ángel Alonso Pulido, Proyecto Armagedón
¿Qué demonios? Al principio cuesta de entender. Luego conforme avanza el texto, y te vas acostumbrando, puedes leerlo sin excesivas distracciones. Lees de derecha a izquierda cada oración para averiguar qué está diciendo. El gran problema es para el escritor. Resulta bastante frustrante escribir la última palabra, luego la penúltima, y así, sucesivamente, hasta tener la oración completa; sin embargo, el resultado será el que esperábamos. No es de este mundo.
Versalitas, Enjambre en Proyecto Armagedón
Están algo olvidadas y por eso resultan impactantes. Es, sin duda, mi sistema favorito a la hora de expresar el lenguaje de Inteligencias Artificiales. Tú escribes la oración tal y como quieres y, en el proceso de edición, cambias la fuente a versalitas. Así consigues una oración que transmite inmediatamente al lector que el personaje no es humano. Es muy sencillo y directo.
Tan sencillo como variar la fuente tipográfica para conseguir un diálogo absolutamente artificial, perfectamente legible y que destaca por su fortaleza. Lo recomiendo para vuestros robots, textos enviados a través de dispositivos electrónicos o voces a través de un altavoz.
Yoda, los klingon y otros destructores gramaticales
Existe un recurso que es muy conocido pero a la vez ignorado: alterar el orden gramatical. El castellano es una lengua que, normalmente, sigue una estructura Sujeto Verbo Objeto (SVO), como el inglés. Sin embargo, en ciertas ocasiones se puede alterar este formato. Apenas diez minutos llevo trabajando (yo). Una alteración artificial que impacte al lector es otra estrategia para dar a entender que el interlocutor es un alienígena. Todo consiste en elegir el que más te guste.
SVO: La nave viaja a la velocidad de la luz
SOV: La nave a la velocidad de la luz viaja
OVS: A la velocidad de la luz viaja la nave
VSO: Viaja la nave a la velocidad de la luz
Libros en Amazon sobre lenguaje alienígena
Centrándonos en aquellas que exhiben nuevas formas de representar un idioma extraterrestre podemos hablar de las siguientes: La cosmonave perdida, Traición en el Gran Consejo y Proyecto Armagedón, de Miguel Ángel Alonso Pulido por las razones que hemos visto; Patrick Rothfuss con su El temor de un hombre sabio se cuela pese a no ser ciencia ficción y Becky Chambers tiene un hueco en El largo viaje a un pequeño planeta iracundo (de momento solo si leéis inglés). Si descubro nuevas lecturas y me parecen adecuadas, os iré informando.
¿Os ha gustado este repaso a los distintos modos de escribir el diálogo de los alienígenas? ¿Se os ocurren más formas de describir el lenguaje? Si es así, no dudéis en dejar un comentario y/o suscribiros a mi lista de avisos para estar al tanto de futuros artículos.
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